Tras la controversia generada por la decisión del gerente del Bar Rayuela de no recibir la donación de pollo del excandidato presidencial Roberto Arzú, éste, a través de un canal de televisión, entre otras cosas ofrece a los guatemaltecos ser “la voz” que los represente, y que a través de sus redes sociales denuncien, eso sí, con pruebas, para él representarlos y convertirse en el portavoz del pueblo y sus necesidades. Estas declaraciones y “ofrecimientos” recuerdan el antiguo estilo caudillista que presupone la incapacidad de los ciudadanos para organizarse, actuar y hacerse escuchar al compartir su propia voz, sin filtros, sin intermediarios, sin falsificaciones.
Son 17 millones de guatemaltecos quienes deben desarrollar y cuidar su voz porque: “…la voz es tu segundo rostro. Ella revela la inteligencia, los sentimientos, los deseos y la fuerza” 1. El llamado para esta época es fortalecer, cultivar y valorar la propia voz, esa que se genera de la vivencia, de la esperanza y del compromiso de lograr una mejor vida para todos.
Perfeccionando la voz
Los cantantes, expertos en el manejo de su voz, la entrenan, la usan, la perfeccionan. Algunas recomendaciones para lograr esa perfección en su voz incluyen ejercicios como: conocer su voz, averiguar los tonos que pueden alcanzar, el uso adecuado de la respiración, controlar los nervios, cultivar la paciencia para su desarrollo, y otros. Para cultivar la voz del ciudadano también se necesitan estrategias adecuadas que deben ser ejecutadas con compromiso, paciencia, decisión y valentía, solo así se logrará la perfección de la voz ciudadana.
Los ciudadanos se enfrentan cotidianamente a situaciones difíciles que exigen tener voz propia para afrontarlas, resolverlas y transformarlas. Se hace necesario desarrollar un conjunto de competencias ciudadanas, que pueden ser aprendidas, desarrolladas y aplicadas en el diario vivir. El desarrollo de estas competencias tiene como objetivo hacer posible que las personas participen en la construcción de una sociedad democrática, pacífica e incluyente. Impulsan el desarrollo de la voz ciudadana.
Las competencias cognitivas desarrollan la capacidad para realizar diversos procesos mentales importantes en el ejercicio ciudadano: generar alternativas de solución a los conflictos y sus consecuencias, desarrollar empatía para ver la misma situación desde el punto de vista de cada una de las personas o de los grupos involucrados, y, las habilidades de argumentación, reflexión y análisis crítico, entre otras. Estas competencias se aplican en todas las relaciones humanas y muy especialmente en el diálogo y toma de decisiones.
Las competencias comunicativas son indispensables para establecer un diálogo constructivo: escuchar atentamente los argumentos de todos respetándolos, y, expresar asertivamente los propios argumentos.
Las competencias emocionales que permiten identificar y dar respuesta constructiva a las emociones propias y las de los demás. La gestión adecuada de las emociones ayuda a autorregular la intensidad de estas emociones, a construir una mayor conciencia de sí mismo y de las propias acciones.
Y, finalmente se deben desarrollar las competencias integradoras, que, en la acción misma, permiten reunir y aprovechar las fortalezas de las otras competencias, potenciándolas y permitiendo combinaciones que magnifican sus resultados.
¿Y en dónde se desarrolla la voz?
Todos los espacios de interacción humana: educativos, sociales, culturales, laborales, son el espacio indicado para desarrollar la voz, para practicar la empatía, para construir conocimiento y para fomentar la construcción de una sociedad solidaria, fuerte y con oportunidades de desarrollo para todos. Todas las situaciones de la vida cotidiana son una oportunidad para desarrollar las competencias ciudadanas. Por ello, el desarrollo de la voz ciudadana no es propia ni exclusiva de una sola área académica o de alguna institución. Ella es propia de todas las instancias e involucra a todas y todos los miembros de la sociedad, con su educación formal, no formal e informal y por supuesto con sus experiencias de vida. Es pues, un derecho y sobre todo una responsabilidad personal de todos.
¿Puede alguien autoproclamarse como la voz de todos?
Por supuesto que no y no y no. Solo los ciudadanos unidos, en acuerdo mutuo y con su voz ampliamente desarrollada pueden decidir quién los representará, qué cualidades debe tener, qué mecanismos se determinarán para revocar el mandato de representación. E inmediatamente los ciudadanos se encargarán de vigilar, auditar, corregir y exigir resultados. Que nadie se autoproclame como la voz de todos, ser la voz es un asunto de 17 millones porque “Siempre es el momento adecuado para hacer lo correcto”2. Desarrolla tu voz, ayuda a desarrollar la voz de los demás y unamos las voces de todos, esa es la voz verdadera.
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(1) Jorodowsky, Alejandro. 2017. Viaje Esencial.
(2) King, Martin Luther. 2000. Sueños de libertad.
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