sábado, 30 de mayo de 2020

¿Por qué estás vivo? La urgencia de reinventarse


La sociedad global con sus casi obligadas tendencias de consumo y competencia se ha visto paralizada ante la aparición del COVID-19 sumiendo en la incertidumbre y el temor a millones de personas que, ante el cambio abrupto en las condiciones de vida, han quedado paralizadas, temerosas y en busca de respuestas que le den sentido a sus vidas. Aquí cobra validez que “no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio” 1. Y cuando la obligación y oportunidad de “cambiar” se presenta en forma inesperada y abrupta, el mejor camino es reinventarse.  Y quizá: reinventar la sociedad.

Las eternas preguntas de propósito

Las conocidas preguntas sobre la existencia, su propósito, su continuidad o su terminación han invadido la mente de las personas en todo momento de la historia y como respuestas han surgido teorías, mitos, y leyendas; algunos que provocan consuelo otros que provocan desazón.  Las respuestas generadas motivan comportamientos hacia la acción o hacia el estatismo, provocando vidas internamente enriquecidas con paz, alegría y satisfacción, o, vidas llenas de temor, angustia y descontento.  Las crisis, todas, como una moneda, tienen dos caras, una de devastación, y, otra, de oportunidad, pues ante la adversidad, con la actitud correcta, pueden surgir cambios positivos que permitan redireccionar y dar sentido a la vida al descubrir fortalezas, cualidades y competencias. 

El pesimismo es contagioso


Una sociedad conforma sus creencias y competencias basada en su diario vivir, en las experiencias de sus habitantes, en la historia que le ha dado forma.  El desarrollo humano contempla tres dimensiones que se traducen en seres humanos felices y resilientes: (1) vivir una vida larga y saludable; (2) tener educación formal y constante; y, (3) gozar de un nivel de vida digno.  A estos tres elementos se les debería sumar la observancia y promoción de los derechos humanos, el compromiso por la democracia y el respeto por la igualdad y equidad. Con estos elementos se conforman sociedades positivas, optimistas y capaces de hacer frente a emergencias, crisis y cambios, saliendo fortalecidas y con mejores opciones para definir, enfrentar y vivir bien el futuro.

Cuando el desarrollo humano es mínimo o inexistente como atestiguan millones de habitantes de países del Tercer Mundo, el pesimismo se vuelve algo cotidiano, mismo que se desarrolla en la mente individual y la mente colectiva de la sociedad debido a vivencias cotidianas de: falta de educación, sistemas precarios de salud, violencia generalizada, hambre, desnutrición, desempleo y corrupción.  Entonces sí, el pesimismo es contagioso.  El pesimismo se apodera de los pensamientos, provoca las emociones y dispara acciones negativas sin energía, sin pasión y sin esperanza.

La superación es posible

El pesimismo con su constante alimento social negativo es posible de erradicar en el individuo y en la sociedad. Se requiere de decisión, de compromiso, de constancia, de creatividad y de formación de nuevas creencias; características que todo ser humano puede desarrollar y cuya semilla se encuentra ya en el interior de cada uno, porque incluso en terribles circunstancias el ser humano tiene la libertad de reinventarse, de crear sus propios y nuevos mitos que dirijan su propia vida y la reconstrucción de una sociedad más justa, solidaria y equitativa.
Para reinventarse es necesario afrontar el cambio.  Para afrontar el cambio se debe estar empoderado con tres autoconocimientos vitales: (1) Quién soy, esto es evaluarse internamente, descubrir debilidades, creencias y limitantes, pero también es, descubrir capacidades, potencialidades.  Esto permite afrontar toda influencia externa que puede estar condicionando la forma en que se ve la vida y sus posibilidades, y, más importante, brinda la capacidad de liberarse de cualquier atadura que limita el propio desarrollo. (2) Cómo me reinvento, esto es verse construyendo un nuevo ser libre para trascender, definir qué se quiere hacer, visualizarse en movimiento por el mundo, cómo está y cómo debe estar.  Con este autoconocimiento se logra la voluntad para cambiar el mundo entero. (3) Actuar con sentido, que deviene de la seguridad, destreza, convicción y creencia logrados por los autoconocimientos descubiertos.

Cambiar junto a la comunidad

Reinventarse requiere un acto de soledad, una introspección de descubrimiento, una valoración de recursos propios y la creación de escenarios vitales individuales y para la comunidad en donde se vive. Sin embargo, al reinventarse, se debe incluir las relaciones interpersonales como esencia del cambio, porque como ya lo demostró la pandemia que se está viviendo, ante la ausencia de otros seres humanos con los cuales convivir, la propia humanidad se tambalea, se atemoriza y se deteriora.  El cambio es posible, la reinvención personal con proyección hacia una reinvención social con valores de solidaridad, respeto por la dignidad de todas y todos y con oportunidades igualitarias y equitativas está en las manos de cada uno, porque “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas «la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino para decidir su propio camino”2. Ante la situación del COVID-19 que ya no puede cambiarse se debe aceptar con compromiso y determinación el desafío de cambiarse a sí mismo y reinventar la sociedad en que se vive.

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(1) Darwin, Charles. 1859. El origen de las especies
(2Frankl, Viktor. 1946. El hombre en busca de sentido

Artículo originalmente publicado en El Indagador el 3/4/2020 en:

viernes, 29 de mayo de 2020

El difícil oficio de sobrevivir

Sobrevivir en tiempos de crisis

Cuando se tienen a la vista las “radiografías” de las condiciones sociales y económicas de América se logran entender las escenas cotidianas que se ven en todos los países americanos y que parecieran ser producto de la imaginación de los mejores productores de cine.  El Programa Mundial de Alimentos de la ONU revela que 135 millones de personas experimentan hambre aguda. El efecto del hambre tiene sus factores sociales, económicos y políticos, que la mayoría de personas no comprenden o no tienen la oportunidad de entender, sin embargo, se debe hacer el esfuerzo de conocer esta realidad, qué la provoca y qué pasará en el futuro, porque “No tengas miedo de la muerte; ten miedo de una vida no vivida. No tienes que vivir para siempre, sólo hay que vivir” 1, y ese es el reto, dejar de sobrevivir para vivir plenamente. 
Sobrevivir
Sobrevivir implica seguir vivo a pesar de las estrecheces o dificultades de la vida, es decir, seguir con vida en medio de condiciones adversas y sin medios para facilitar la superación de la circunstancia que se presenta.  Sobrevivir en la sociedad actual implica vencer problemas sociales y económicos como: extorsiones, asaltos, asesinatos, violaciones, pésima calidad en los servicios de salud, transporte público totalmente deficiente y peligroso, inseguridad alimentaria, desempleo, subempleo, altos precios de la canasta básica, injusticia, corrupción, invisibilidad social, etcétera, además, debe superarse también la crisis de valores que rodean cada aspecto de la vida en sociedad.
Sobrevivir exige un esfuerzo constante, estar en alerta, vigilar cada movimiento, estar a la defensiva.  Para sobrevivir se hace necesario estar preparado con conocimientos técnicos mínimos que puedan ser aplicados a la situación que se presenta, se hace necesario adaptarse a la situación, ser creativo con el uso de las herramientas al alcance, y sobre todo, desarrollar la actitud adecuada ante los retos que se presentan, estar decidido a vivir, a pesar de todo, en contra de todo pronóstico y ante cualquier obstáculo que se presente.
Sobrevivir no es fácil. Muchos no lo logran. Por eso al que sobrevive a una experiencia traumática: un accidente, una enfermedad grave, estar perdido en la selva, se le entrevista, celebra e interroga para aprender cómo lo logró. Sobrevivir en Guatemala es la experiencia diaria de 8 millones de ciudadanos en pobreza y extrema pobreza, desempleados y con poco o nulo acceso a oportunidades de desarrollo. Y los otros 9 millones de guatemaltecos con mínimas excepciones, deben sobrevivir a violencia generalizada, desigualdades, subempleo, ingresos económicos bajos, actos de corrupción que corroen la economía del país, acomodamiento, imposibilidad de tan siquiera soñar con la movilidad social. Y ahora debe sumarse a la ecuación de sobrevivencia, la actual pandemia con efectos directos en la salud y vida humana, y, los efectos económicos y sociales que ésta provocará.
Sobrevivir es cansado
Mantenerse en la lucha de vivir es cansado, consume toda la energía y desgasta mental y emocionalmente. Y cuando esa necesidad de supervivencia es aplicada no ante una emergencia sino ante un diario vivir en sociedad, es frustrante, asesina sueños, esclaviza pensamientos y conforma creencias de incapacidad, imposibilidad y conformismo al aceptar que “así son las cosas”, “ese es el destino” y no hay nada más que hacer.
Recuperar la ilusión de vivir
El propósito en todo momento debe ser VIVIR. Y para lograrlo se debe ante todo recuperar la capacidad de soñar, tal y como lo hace un niño pequeño cuando se le pregunta ¿qué quieres ser cuando seas grande?, sin duda en esa pregunta está la clave para reconstruir la esperanza, para desarrollar la fuerza y nunca desistir, para comprometerse con un sistema de valores que impulsen hacia el propósito, y, para luchar como se hace para sobrevivir, ahora para vivir y hacer que la vida valga la pena para sí mismos y para el entorno en el que se vive.  Para recuperar esa capacidad y para afrontar esta tarea plenamente dotados de recursos físicos, materiales, mentales y emocionales, se hace necesario ejercer autodisciplina para comprender, desaprender y aprender la realidad social en que se vive, unirse a personas con la misma convicción de vida y entre todos fortalecerse en este proceso de aprendizaje que debería incluir como mínimo: recuperación de la memoria histórica, la historia política del país, la participación ciudadana, la adopción y práctica de los derechos humanos,  los mecanismos de auditoría social y los procedimientos de denuncia.  Todos estos temas como fundamentos de la construcción de una Cultura de Paz en donde todas y todos tengan la misma oportunidad y los mismos recursos para lograr el anhelado desarrollo.
La pandemia coloca a la humanidad en una delicada situación en donde esos 135 millones de personas con hambre pueden duplicarse, en donde las amenazas sociales de la vida pueden incrementarse, y, es que, «la vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse» 2, así que no debe dejar pasar un minuto más, las condiciones para vivir una buena vida pueden lograrse si usted, yo y todos accionamos unidos en pos de cambiar la historia, la triste historia que se ha sobrevivido. ¡Es tiempo de vivir!

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(1) Babbitt, Natallie. 1975. Tuck para siempre.
(2) Sabato, Ernesto. 2000. La resistencia.

Artículo originalmente publicado en El Indagador el: 

miércoles, 27 de mayo de 2020

¡Alto! Es hora de desaprender

Aprender a desaprender: la difícil asignatura, pendiente de ...

La competencia, muchas veces desleal; la falta de equidad; el consumo desmedido; la alta producción que pone en riesgo los recursos naturales; la voracidad; el acaparamiento; valorar más lo material que lo humano; y, más recientemente, el FOMO (fear of missing out) temor a perderse algo, ejemplificado en la compra compulsiva, temerosa y masiva de papel higiénico, son en su conjunto las características de las sociedades de consumo, son los “valores” que caracterizan a una sociedad automatizada por el querer tener más, a cualquier precio, pasando por quien sea necesario.
Llegó la hora de cambiar, “no se trata de quemarlo todo, ni de destruir nada, se trata de transformarse, de cambiar la forma de ver y entender la vida”1, para desaprender estilos de vida egocéntricos y transformarlos en estilos de vida inclusivos, solidarios y empáticos.

El proceso liberador de la educación

La educación debe entenderse como un proceso de construcción de competencias para liberar el potencial que cada ser humano posee para vivir una vida plena, con satisfacción y con una completa convicción de estar generando momentos memorables y de alto beneficio propio y para las personas con que se comparte el espacio comunitario, enriqueciéndolo e impulsándolo hacia un desarrollo para todas y todos.
Este conjunto de acciones o actividades sistematizadas que constituyen el proceso educativo, siempre tiene un fin predefinido, un propósito al que obedece y que debe cumplirse. En algunas ocasiones, son las familias quienes definen y dirigen el propósito; en otras ocasiones, la mayoría de veces, son los gobiernos los que dictan y determinan ese propósito, para responder a los intereses y necesidades de los grupos de poder.
Al descubrir las grandes falencias de un sistema educativo que privilegia los conocimientos técnicos sacrificando el desarrollo de conocimientos humanísticos, dedicando sus recursos económicos a ese fin y sin embargo fallando incluso en el logro de ese objetivo (o quizá el objetivo era esa falla), cada persona debe plantearse la necesidad urgente de liberarse de ese proceso erróneo y entrar en un proceso de desaprendizaje que permita aprender y reaprender lo que realmente se necesita para lograr la plenitud de desarrollo personal y social, esta vez, autodirigido y con una mentalidad de autoaprendizaje continuo a lo largo de toda la vida.

Para desarrollar otra forma de ver la vida

Hay momentos detonantes en la vida, como la crisis sanitaria causada por el COVID-19, en que cada persona tiene la oportunidad de someter a análisis y reflexión el conjunto de conocimientos, creencias e información que se posee e interrogarse sobre su certeza, su validez y su utilidad.  Las formas de trabajo y estudio que se aprendieron antes de la crisis quedan en su mayoría invalidadas con la ausencia de transporte público, el aislamiento social, la cuarentena y el alto riesgo de contagio; entonces la mayoría de personas deberían reaprender y estar abiertos a formas diferentes de trabajo y educación, por ejemplo, emprendimientos y plataformas educativas online.
Otra situación a plantearse durante la crisis sanitaria es la eficiencia de la organización social que se ha creado a lo largo de la historia humana especialmente lo relativo a los valores sociales que se practican o no cotidianamente. Hoy se necesita de la solidaridad, comprensión y responsabilidad de cada ser humano para practicar los protocolos de prevención del COVID-19: uso de mascarilla, mantener la cuarentena, etc., para el beneficio individual y especialmente para el cuidado de la comunidad en donde se habita.  Sin embargo, si esos valores de responsabilidad social no se han practicado previo a la crisis, si no se ha tenido cuidado, solidaridad, respeto y ayuda hacia el vecino necesitado, es muy probable que ahora que se hace indispensable la práctica de esos valores, se descubra que están ausentes.

La mochila de emergencia del desaprendizaje

Desaprender no es lo contrario de aprender. No es olvidar lo aprendido, ni dejar de aprender. Es un proceso continuo, constante y consciente para ir mucho más allá de lo aprendido, consiste en revisar lo que hasta este momento se ha considerado inmutable y normal. Tiene el objetivo de crear, re-crear, innovar, reinventar todo aquello que ha dejado de funcionar y todo aquello que es necesario cambiar para lograr el bienestar individual y social.  Es romper con las prácticas sociales vacías de valores y reinventarlas a prácticas vitalizadas de búsqueda, compromiso y logro del bien común.
En la mochila de emergencia del desaprendizaje urgente para aprender y reaprender a cultivar una vida plena es necesario incluir: (1) hacer un alto para observarse, indagarse y descubrir creencias, aprendizajes y prácticas de vida que han caducado; (2) observar, escuchar y sentir la situación para poder redefinirla; (3) asumir la oportunidad de cambio de paradigmas; (4) integrar lo aprendido a la práctica de vida cotidiana; y, (5) practicar este proceso continuamente.
Esta es una oportunidad única que proporciona el tiempo y el espacio para la reflexión, para asumir compromisos con la autotransformación y el rediseño de las relaciones con las comunidades en que se vive para lograr el anhelado desarrollo sostenible. La crisis sanitaria en medio de su calamidad, de su destrucción de vidas, de su siembra de temor, proporciona un espacio único para descubrir que “lo que necesita nuestro tiempo son seres más bondadosos, no seres más inteligentes. La inteligencia sin bondad es una mutación fallida”2, que provoca una sociedad débil, frágil y en constante riesgo.  Así que es necesario hacer un ¡Alto! y comprometerse a desaprender, aprender y reaprender.

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(1) Cobera, Enric. 2015. El arte de desaprender.
(2) Naranjo, Claudio. 2019. Sanar las mentes para arreglar el mundo.

Artículo originalmente publicado en El Indagador, el 10/4/2020 en:

martes, 26 de mayo de 2020

Yo soy tu voz


Tras la controversia generada por la decisión del gerente del Bar Rayuela de no recibir la donación de pollo del excandidato presidencial Roberto Arzú, éste, a través de un canal de televisión, entre otras cosas ofrece a los guatemaltecos ser “la voz” que los represente, y que a través de sus redes sociales denuncien, eso sí, con pruebas, para él representarlos y convertirse en el portavoz del pueblo y sus necesidades. Estas declaraciones y “ofrecimientos” recuerdan el antiguo estilo caudillista que presupone la incapacidad de los ciudadanos para organizarse, actuar y hacerse escuchar al compartir su propia voz, sin filtros, sin intermediarios, sin falsificaciones.
Son 17 millones de guatemaltecos quienes deben desarrollar y cuidar su voz porque: “…la voz es tu segundo rostro. Ella revela la inteligencia, los sentimientos, los deseos y la fuerza” 1.  El llamado para esta época es fortalecer, cultivar y valorar la propia voz, esa que se genera de la vivencia, de la esperanza y del compromiso de lograr una mejor vida para todos.

Perfeccionando la voz

Los cantantes, expertos en el manejo de su voz, la entrenan, la usan, la perfeccionan.  Algunas recomendaciones para lograr esa perfección en su voz incluyen ejercicios como: conocer su voz, averiguar los tonos que pueden alcanzar, el uso adecuado de la respiración, controlar los nervios, cultivar la paciencia para su desarrollo, y otros. Para cultivar la voz del ciudadano también se necesitan estrategias adecuadas que deben ser ejecutadas con compromiso, paciencia, decisión y valentía, solo así se logrará la perfección de la voz ciudadana.
Los ciudadanos se enfrentan cotidianamente a situaciones difíciles que exigen tener voz propia para afrontarlas, resolverlas y transformarlas. Se hace necesario desarrollar un conjunto de competencias ciudadanas, que pueden ser aprendidas, desarrolladas y aplicadas en el diario vivir.  El desarrollo de estas competencias tiene como objetivo hacer posible que las personas participen en la construcción de una sociedad democrática, pacífica e incluyente. Impulsan el desarrollo de la voz ciudadana.
Las competencias cognitivas desarrollan la capacidad para realizar diversos procesos mentales importantes en el ejercicio ciudadano: generar alternativas de solución a los conflictos y sus consecuencias, desarrollar empatía para ver la misma situación desde el punto de vista de cada una de las personas o de los grupos involucrados, y, las habilidades de argumentación, reflexión y análisis crítico, entre otras. Estas competencias se aplican en todas las relaciones humanas y muy especialmente en el diálogo y toma de decisiones.
Las competencias comunicativas son indispensables para establecer un diálogo constructivo: escuchar atentamente los argumentos de todos respetándolos, y, expresar asertivamente los propios argumentos.
Las competencias emocionales que permiten identificar y dar respuesta constructiva a las emociones propias y las de los demás. La gestión adecuada de las emociones ayuda a autorregular la intensidad de estas emociones, a construir una mayor conciencia de sí mismo y de las propias acciones.
Y, finalmente se deben desarrollar las competencias integradoras, que, en la acción misma, permiten reunir y aprovechar las fortalezas de las otras competencias, potenciándolas y permitiendo combinaciones que magnifican sus resultados.

¿Y en dónde se desarrolla la voz? 

Todos los espacios de interacción humana: educativos, sociales, culturales, laborales, son el espacio indicado para desarrollar la voz, para practicar la empatía, para construir conocimiento y para fomentar la construcción de una sociedad solidaria, fuerte y con oportunidades de desarrollo para todos.  Todas las situaciones de la vida cotidiana son una oportunidad para desarrollar las competencias ciudadanas. Por ello, el desarrollo de la voz ciudadana no es propia ni exclusiva de una sola área académica o de alguna institución. Ella es propia de todas las instancias e involucra a todas y todos los miembros de la sociedad, con su educación formal, no formal e informal y por supuesto con sus experiencias de vida. Es pues, un derecho y sobre todo una responsabilidad personal de todos.

¿Puede alguien autoproclamarse como la voz de todos?

Por supuesto que no y no y no.  Solo los ciudadanos unidos, en acuerdo mutuo y con su voz ampliamente desarrollada pueden decidir quién los representará, qué cualidades debe tener, qué mecanismos se determinarán para revocar el mandato de representación. E inmediatamente los ciudadanos se encargarán de vigilar, auditar, corregir y exigir resultados. Que nadie se autoproclame como la voz de todos, ser la voz es un asunto de 17 millones porque “Siempre es el momento adecuado para hacer lo correcto”2. Desarrolla tu voz, ayuda a desarrollar la voz de los demás y unamos las voces de todos, esa es la voz verdadera.
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(1) Jorodowsky, Alejandro. 2017. Viaje Esencial.
(2) King, Martin Luther. 2000. Sueños de libertad.

Artículo originalmente publicado en El Indagador, el 1/5/2020 en:

domingo, 24 de mayo de 2020

Y el ejemplo lo dio mamá

Las 115 frases más bonitas del Día de la Madre

El origen de la celebración del Día de la Madre se remonta a siglos en el pasado, sin embargo, en la historia moderna debemos ir al año 1905 cuando Anna Jarvis, quien es reconocida como la fundadora de esta festividad, quiso rendirle un homenaje a su madre y a todas las madres del mundo, para lo cual inicia una campaña de celebración y reconocimiento al valor, amor y dedicación de las madres.  La mujer, diseñada biológicamente para ser capaz de gestar, es una dadora de vida, y esta capacidad impregna cada uno de sus actos y cada uno de sus consuelos, y es que lo vemos y experimentamos cuando en ella descubrimos fuerza, compasión, amor, perdón, entrega, energía, trabajo, y es que “La madre es el hogar de donde venimos. Ella es la naturaleza, tierra y mar1, y todas esas virtudes deben ser una herencia que practiquemos todos para construir un mundo mejor.

Madre: ejemplo de poder

En el diario vivir hay que enfrentar desafíos que ponen a prueba la fortaleza física, las emociones, los sentimientos, los pensamientos y la capacidad para mantenerse cuerdo en un mundo lleno de locura, de desigualdad, de incomprensión y de grandes injusticias. Enfrentar estos retos, día a día y superarlos y vivir para contarlos, eso exige una entereza total, resultado de grandes cualidades impulsadas por un firme propósito.  Esos retos son la cotidianidad de una madre, esas cualidades son su naturaleza y ese propósito es el bienestar de sus hijos.
Cada uno se ha enfrentado, en algún momento de su vida con la interrogante ¿Y ahora qué hago?, que se presenta en momentos de tristeza, de desconsuelo, de inseguridad, de escasez y de gran incertidumbre.  La respuesta está en el ejemplo de vida de cada madre, quien para resolverla, tomó de su propios recursos internos y sembró en cada hijo el poder de resolver sus propios interrogantes de vida para salir victorioso ante cada reto que enfrente.
Tu herencia materna
Cada uno hemos vivido, quizá sin darnos cuenta, las grandes batallas de nuestras madres: no tener dinero para la comida, hacer las actividades domésticas incluso con padecimientos de salud, resolver tareas escolares, compaginar los roles de madre y trabajadora, e incluso dejar de comer para que sus hijos lo hagan.  Esto solo se puede lograr practicando cualidades poderosas como:
  • Comprensión: la capacidad de generar calma en los hijos porque los conoce, por saber cuáles son sus sueños, sus fortalezas y sus debilidades. Es acariciar el alma en el momento justo.
  • Responsabilidad: al asumir con total disciplina y entrega el rol de conductora del destino de los hijos. Es velar y buscar el bienestar del hogar.
  • Paciencia: a pesar de las altas y bajas en la vida diaria, tomarse el tiempo para pensar, decidir, guiar y enseñar.
  • Amor: en el que se sustentan todos sus actos. Transparente, comprometido y dedicado, hacia sus hijos, hacia el bien de ellos.
  • Creatividad: para lograr hacer lo que hay que hacer, de la mejor forma, con los recursos disponibles y con la belleza necesaria.
  • Sensatez: para aconsejar, para buscar la mejor opción, para apoyar siempre.
  • Consuelo: para superar las penas, los dolores, las decepciones y que motiva a salir adelante.
Por supuesto que hay muchas más cualidades en mamá, en ella encontramos todo, es como si en ella se originara no solo la vida sino lo mejor de la misma.
Todas las personas tienen un gran reto en la vida que debe aceptarse y comprometerse a vivirlo como mamá:  ser portador de su amor por los demás, ser comprensivos ante los errores de los demás, ser responsables de cumplir con nuestros roles, ser pacientes ante las circunstancias y relaciones para trascenderlas, ser creativos para no quedar estancados ante las deficiencias o escaseces, ser sensatos para actuar con determinación y justicia, y por supuesto ser el consuelo con palabras, con actos, con compromisos.  Y entonces, al actuar de esa forma seremos los herederos de nuestra Madre.  Sentiremos el orgullo de ser como mamá.  Y con nuestra vida, en cada momento, ante cualquier circunstancia, con toda persona, nuestra madre vivirá, nuestra madre será eterna en nosotros y en nuestra descendencia.  Y eternamente mamá nos dirá:
“Cuando abrazo tu cara de jazmín y canela para hacerte sonreír, mi niñito querido, comprendo la dicha que se extiende por el cielo límpido de la mañana y la delicia en que la brisa de verano envuelve mi cuerpo y la onda del trigal al medio día: cuando te abrazo para que sonrías” 2.
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(1) Fromm, Erich. (1956). El arte de amar
(2) Tagore, Rabindranath. (1916). El Hogar y el Mundo.

Artículo originalmente publicado en El Indagador, el 8/5/2020 en:


sábado, 23 de mayo de 2020

¡Equípate! El cambio es inminente

Las dramáticas consecuencias del cambio climático


El cambio es inevitable e incluso es el acompañante constante del ser humano desde que nace y se enfrenta interna y externamente a las consecuencias que genera.  Los cambios más difíciles de comprender y ajustar son los inesperados y fuera del propio control: una recesión, una pandemia o un desastre mayor, por ejemplo. De la calidad del afrontamiento al cambio y la forma de reaccionar ante él dependerá como éste afecte la calidad de vida.  Cuando se comprende que “la diferencia entre un esclavo y un ciudadano es que el ciudadano puede preguntarse por su vida y cambiarla”1 entonces se vislumbra que, equipados con las herramientas adecuadas, el cambio puede resultar en un resorte de mejoramiento individual y social.
El momento del cambio es ahora
Por la comodidad y “seguridad” que representa la zona de confort en que se vive, cuando el cambio es inevitable, produce temor, resistencia e incluso paraliza física y mentalmente, produciendo estupor ante la situación que se vive.  La falta de control sobre la situación que exige cambiar produce incertidumbre hasta que nuevamente se toma el control, si no total, por lo menos en los aspectos que tienen que ver directamente con el desarrollo cotidiano de la vida.

El cambio exige transitar por tres etapas: (1) impacto, etapa altamente emocional, que se caracteriza por confusión, miedo y sentimiento de pérdida.  Aquí lo urgente es reconocer esas emociones y rescatar algo positivo de la situación; (2) elaboración, etapa de racionalización del cambio, identificación de capacidades para afrontar el cambio. Lo importante en esta etapa es recuperar el poder de decisión; y, (3) acción, que tiene que partir de las fortalezas propias, va de lo menos complejo a lo más complejo.
Para afrontar cualquier cambio, se tiene que hacer el ejercicio de conocerse, centrarse en lo que depende de sí mismo,  y ser conscientes de las creencias y actitudes hacia el cambio.  Si se ve el cambio como un problema, no se avanza.  Si por el contrario se le considera como un reto y un aprendizaje, todo el potencial humano se desbordará para superarlo, aprender y salir fortalecidos. 

La falta de preparación para el cambio

Muchas vidas son dañadas y destruidas al presentarse cambios que afectan su forma habitual de vida, debido a la ausencia de preparación para afrontar y superar los cambios que cada vez son más rápidos, constantes e inesperados La urgencia del cambio que se vive hoy demuestra la necesidad de incluir en los sistemas educativos formales, no formales e informales la construcción de competencias blandas que incluyan el afrontamiento, superación y aprovechamiento del cambio.  A continuación, se propone un modelo de gestión de cambios orientado a objetivos que guía el cambio individual y organizacional:
(1) Conciencia de la necesidad del cambio, significa abordar por qué se necesita un cambio ahora y explicar el riesgo de no cambiar. Para facilitar la creación de conciencia se necesita comunicación, acceso a información, una condición observable que impulsa el cambio.
(2) Deseo de cambiar.  Comprender la necesidad del cambio no es suficiente, ahora debe traducirse en motivadores individuales y colectivos para efectuar el cambio. ¿Qué se gana con cambiar?
(3) Conocimiento.  Hay dos tipos vitales de conocimiento para afrontar el cambio: el conocimiento sobre cómo cambiar (qué hacer durante la transición), y el conocimiento sobre cómo desempeñarse eficazmente en el estado futuro. Las formas de adquirir conocimiento incluyen: experiencias previas, competencias propias, educación, acceso a la información, mentoring, lectura, etc.
(4) Competencia.  Si bien alguien puede obtener el conocimiento sobre una nueva habilidad puede llevar mucho más tiempo para que este conocimiento se traduzca en capacidad en términos de rendimiento.  La clave aquí es practicar, practicar y practicar, medir los resultados, redirigir los esfuerzos, y, seguir practicando.
(5) Refuerzo. Hacer un cambio es difícil, pero mantenerlo puede ser aún más difícil. Es por eso que el refuerzo es un componente tan crítico de un cambio exitoso. Abarca los mecanismos y enfoques para que la nueva forma se mantenga en su lugar.

Y ¿si no se cambia?

El riesgo de no afrontar el cambio, especialmente cuando está motivado por situaciones extremas como una pandemia, se traduce en pérdidas económicas, sociales, de salud e incluso la pérdida de la vida.  Por el contrario, entre más rápido se asuma la responsabilidad de cambiar y adaptarse a las nuevas condiciones, se obtiene tranquilidad emocional, nuevas oportunidades, transformación personal y social, satisfacción por iniciar los procesos de cambio y ser el motivador para que otros sigan los pasos para mejorar sus vidas.
El cambio produce dolor.  El cambio nos obliga a transformar costumbres, creencias, hábitos, formas de pensar, formas de compartir, formas de trabajar, formas de estudiar, formas de relacionarse.  El cambio es un reto que exige disciplina, valor, determinación y constancia.  Es difícil, requiere trabajo y esfuerzo.  Sin embargo, recuerde que, “el destino no se puede cambiar; de lo contrario no sería destino. El hombre, sin embargo, sí que puede cambiar, de lo contrario ya no sería hombre»2. Así que decídase por asumir el reto del cambio. Reinvéntese. Inicie ahora mismo la construcción de un futuro en donde usted, su comunidad y el mundo entero gocen de paz, oportunidades y un desarrollo sostenible real, justo, equitativo e igualitario.
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(1) Gándara, Alejandro. Últimas noticias de nuestro mundo.
(2) Frankl, Viktor. 2016. Lo que no está escrito en mis libros.
Originalmente publicado en El Indagador el 18/4/2020 en: 


viernes, 22 de mayo de 2020

Todos vamos hacia allí

Ama bien para vivir bien | Parejas mayores, Etapas del desarrollo ...


La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores define el maltrato como todo acto u omisión contra una persona mayor, que ocurra de manera única o repetida y produzca daño a la integridad física, psíquica, moral o que vulnere el goce de los derechos humanos y libertades fundamentales, independientemente de que esta situación se produzca en el marco de una relación de confianza.  Discriminación, pobreza, hambre, maltrato físico y psicológico, negligencia, maltrato económico e irrespeto a la dignidad humana son algunos de los sufrimientos que viven a diario las personas mayores porque la sociedad olvida que “Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma” 1.


Su sonrisa nos ilumina

En sus rostros se muestra el paso del tiempo, sus dolores muestran el camino andado, sus desmemorias nos recuerdan que han vivido tantas experiencias y sus manos sobre las nuestras hacen sentir el calor de las ilusiones vividas.  Y su sonrisa dice que creen, que tienen esperanza y que disfrutan de transmitir sus vivencias, su amor y su ternura.
El envejecimiento es un proceso gradual y continuo de cambio natural que se inicia en la edad adulta temprana. No hay una edad determinada que convierta al individuo en un anciano o en una persona de edad avanzada. Tradicionalmente, la edad de 60 años se considera como el comienzo de la vejez. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en la historia. Tres parámetros dan indicios del envejecimiento: 1) Edad cronológica, se fundamenta únicamente en el paso del tiempo, tiene poco senEn una sociedad cada vez más dominada por la competencia, el culto a la fuerza, el machismo y la discriminación, es común una violencia generalizada en todas sus formas y manifestaciones, desde un maltrato de palabra hasta una agresión física, en donde las muertes violentas se aceptan como cotidianas y comunes.  Sin embargo, aún se puede elegir un cambio de paradigmas y hacer del buen trato una práctica solidaria y masiva en donde promover, denunciar, acoger, amar, respetar y participar sean las características fundamentales de todo ser humano.  Los adultos mayores al igual que el resto de los ciudadanos, tienen derecho a vivir en entornos donde sean tratados con respeto.
Los adultos mayores tienen derecho a que se reconozcan sus necesidades físicas y emocionales, se merecen la empatía de todos para comprenderlos, tienen la libertad de interactuar con personas, con medios y con lugares, pueden comunicarse a través del lenguaje verbal y no verbal para dar a conocer y expresar sus necesidades y deseos y tienen la capacidad de negociación para resolver los conflictos que aparecen en su vida.
Cultura del buen trato
En una sociedad cada vez más dominada por la competencia, el culto a la fuerza, el machismo y la discriminación, es común una violencia generalizada en todas sus formas y manifestaciones, desde un maltrato de palabra hasta una agresión física, en donde las muertes violentas se aceptan como cotidianas y comunes.  Sin embargo, aún se puede elegir un cambio de paradigmas y hacer del buen trato una práctica solidaria y masiva en donde promover, denunciar, acoger, amar, respetar y participar sean las características fundamentales de todo ser humano.  Los adultos mayores al igual que el resto de los ciudadanos, tienen derecho a vivir en entornos donde sean tratados con respeto.

Los adultos mayores tienen derecho a que se reconozcan sus necesidades físicas y emocionales, se merecen la empatía de todos para comprenderlos, tienen la libertad de interactuar con personas, con medios y con lugares, pueden comunicarse a través del lenguaje verbal y no verbal para dar a conocer y expresar sus necesidades y deseos y tienen la capacidad de negociación para resolver los conflictos que aparecen en su vida.

Asumir la responsabilidad
Dar mala atención y discriminar a los adultos mayores se ha convertido en algo común, algo fácil de hacer y que casi nunca se sanciona, especialmente en países con gobiernos que no protegen a sus adultos mayores y que se constituyen ellos mismos en violadores de la dignidad y de los derechos mínimos de ellos.
El reto para cada familiar con adultos mayores y para cada ciudadano en general es generar la sensibilidad, el cariño, el respeto y el agradecimiento hacia cada uno de los adultos mayores que cruzan por la vida de cada uno, asumirlos con amor y solidaridad como amigos con necesidades especiales, y por qué no, adoptarlos como abuelitos y brindarles todo el cariño y aprecio que se merecen.
Y todo empieza en casa, valorando y sintiéndose dichoso por la compañía de ese adulto mayor que sonríe porque “nimporta cuán fugaz es su sonrisa, es el principio de la luz de su sabiduría” 2. Hay que disfrutar esa sonrisa, hay que valorar esas canas y hay que respetar y tratar dignamente a todos los adultos mayores, porque todos tenemos una deuda de gratitud y de vida con ellos.
anciana sonriendo - MVC
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(1) de Beauvoir, Simone. 1955. Memorias de una joven formal
(2) Sri Chinmoy. The Jewels of Happiness
Este artículo también fue publicado en El Indagador, el 22 de mayo de 2020 en, https://indagadorgt.com/2020/05/22/todos-vamos-hacia-alli/