La Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores define el maltrato como todo acto u omisión contra una persona mayor, que ocurra de manera única o repetida y produzca daño a la integridad física, psíquica, moral o que vulnere el goce de los derechos humanos y libertades fundamentales, independientemente de que esta situación se produzca en el marco de una relación de confianza. Discriminación, pobreza, hambre, maltrato físico y psicológico, negligencia, maltrato económico e irrespeto a la dignidad humana son algunos de los sufrimientos que viven a diario las personas mayores porque la sociedad olvida que “Las arrugas de la piel son ese algo indescriptible que procede del alma” 1.
Su sonrisa nos ilumina
En sus rostros se muestra el paso del tiempo, sus dolores muestran el camino andado, sus desmemorias nos recuerdan que han vivido tantas experiencias y sus manos sobre las nuestras hacen sentir el calor de las ilusiones vividas. Y su sonrisa dice que creen, que tienen esperanza y que disfrutan de transmitir sus vivencias, su amor y su ternura.
El envejecimiento es un proceso gradual y continuo de cambio natural que se inicia en la edad adulta temprana. No hay una edad determinada que convierta al individuo en un anciano o en una persona de edad avanzada. Tradicionalmente, la edad de 60 años se considera como el comienzo de la vejez. Pero el motivo de esta consideración no se fundamenta en la biología, sino en la historia. Tres parámetros dan indicios del envejecimiento: 1) Edad cronológica, se fundamenta únicamente en el paso del tiempo, tiene poco senEn una sociedad cada vez más dominada por la competencia, el culto a la fuerza, el machismo y la discriminación, es común una violencia generalizada en todas sus formas y manifestaciones, desde un maltrato de palabra hasta una agresión física, en donde las muertes violentas se aceptan como cotidianas y comunes. Sin embargo, aún se puede elegir un cambio de paradigmas y hacer del buen trato una práctica solidaria y masiva en donde promover, denunciar, acoger, amar, respetar y participar sean las características fundamentales de todo ser humano. Los adultos mayores al igual que el resto de los ciudadanos, tienen derecho a vivir en entornos donde sean tratados con respeto.
Los adultos mayores tienen derecho a que se reconozcan sus necesidades físicas y emocionales, se merecen la empatía de todos para comprenderlos, tienen la libertad de interactuar con personas, con medios y con lugares, pueden comunicarse a través del lenguaje verbal y no verbal para dar a conocer y expresar sus necesidades y deseos y tienen la capacidad de negociación para resolver los conflictos que aparecen en su vida.
Cultura del buen trato
En una sociedad cada vez más dominada por la competencia, el culto a la fuerza, el machismo y la discriminación, es común una violencia generalizada en todas sus formas y manifestaciones, desde un maltrato de palabra hasta una agresión física, en donde las muertes violentas se aceptan como cotidianas y comunes. Sin embargo, aún se puede elegir un cambio de paradigmas y hacer del buen trato una práctica solidaria y masiva en donde promover, denunciar, acoger, amar, respetar y participar sean las características fundamentales de todo ser humano. Los adultos mayores al igual que el resto de los ciudadanos, tienen derecho a vivir en entornos donde sean tratados con respeto.
Los adultos mayores tienen derecho a que se reconozcan sus necesidades físicas y emocionales, se merecen la empatía de todos para comprenderlos, tienen la libertad de interactuar con personas, con medios y con lugares, pueden comunicarse a través del lenguaje verbal y no verbal para dar a conocer y expresar sus necesidades y deseos y tienen la capacidad de negociación para resolver los conflictos que aparecen en su vida.
Asumir la responsabilidad
Dar mala atención y discriminar a los adultos mayores se ha convertido en algo común, algo fácil de hacer y que casi nunca se sanciona, especialmente en países con gobiernos que no protegen a sus adultos mayores y que se constituyen ellos mismos en violadores de la dignidad y de los derechos mínimos de ellos.
El reto para cada familiar con adultos mayores y para cada ciudadano en general es generar la sensibilidad, el cariño, el respeto y el agradecimiento hacia cada uno de los adultos mayores que cruzan por la vida de cada uno, asumirlos con amor y solidaridad como amigos con necesidades especiales, y por qué no, adoptarlos como abuelitos y brindarles todo el cariño y aprecio que se merecen.
Y todo empieza en casa, valorando y sintiéndose dichoso por la compañía de ese adulto mayor que sonríe porque “no importa cuán fugaz es su sonrisa, es el principio de la luz de su sabiduría” 2. Hay que disfrutar esa sonrisa, hay que valorar esas canas y hay que respetar y tratar dignamente a todos los adultos mayores, porque todos tenemos una deuda de gratitud y de vida con ellos.
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(1) de Beauvoir, Simone. 1955. Memorias de una joven formal
(2) Sri Chinmoy. The Jewels of Happiness
(2) Sri Chinmoy. The Jewels of Happiness
Este artículo también fue publicado en El Indagador, el 22 de mayo de 2020 en, https://indagadorgt.com/2020/05/22/todos-vamos-hacia-alli/
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