jueves, 8 de agosto de 2013

Es Urgente una Cultura de Denuncia



“El mundo no está en peligro por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad”, Albert Einstein.

“Para que el mal triunfe, solo es necesario que los buenos no hagan nada”, Edmund Burke.

La cultura de la denuncia es parte fundamental en el respeto de los derechos humanos, ya que a través de ella se manifiestan las múltiples vejaciones, que ponen en riesgo la tranquilidad de la comunidad , y a su vez permite a la Comisión de Derechos Humanos del Estado, tener conocimiento de las presuntas violaciones a las garantías fundamentales de los ciudadanos.


La violencia en los distintos municipios del país se incrementa cada vez más, pero la impunidad va de la mano, debido a que en nuestro país hace falta una cultura de denuncia, pues de lo contrario las mismas autoridades no pueden hacer nada para detener este flagelo que afecta a nuestra nación.

No podemos dejar el problema solo en manos de las autoridades, cada uno de nosotros, que amamos a nuestro país, a nuestra comunidad y especialmente a nuestra familia, debemos hacer algo para evitar que el mal se expanda y dejemos al país en manos de los delincuentes.
Por algo, la cultura de la denuncia es parte fundamental para que exista una justicia o cuando menos eso es lo que las autoridades siempre tratan de inculcar dentro de los valores importantes de los derechos humanos.
No hay una sola  universidad que no haya impartido cuando menos una conferencia para los jóvenes para sensibilizar la legalidad y por medio de la denuncia se pueda prevenir de manera anticipada, un posible acto o situación que pudiera generar problemas en su comunidad, y al mismo tiempo se les enseña como canalizarlo, es decir, a las instancias correspondientes.
Inclusive en todas aquellas conferencias cierran con broche de oro la tan desgastada recomendación de invitar a todos los jóvenes a tener confianza en las autoridades,  a no abandonar los espacios públicos, formar parte de la comunidad a través de la denuncia.
La cultura de la denuncia también debe de ir acompañada con la cultura de la honestidad, y transparencia de la dependencias de procuración de justicia para que no sean lentos en las demandas de delitos menores como las de fraude, robo y entre otros delitos que pasan por procesos penales que “duermen el sueño de los justos”.

Es importante la cultura de la denuncia, como también lo es la participación de todas las autoridades cumpliendo cada quien en su competencia y no repetirse la historia de que los ciudadanos dejaron de denunciar hechos delictivos porque éstas no pasaban de la primera instancia por la ausencia en la cultura de la honestidad porque no todo está en hacer cultura para denunciar a quienes delinquen, sino hay que conjugar una serie de factores y de organismos para ver mejores resultados porque no todo está en la denuncia anónima de la ciudadanía.



Pero la Cultura de Denuncia no se reduce únicamente a la de señalar, denunciar y dar seguimiento a las referidas a delitos o a sospechosos de cometerlos.  La Cultura de Denuncia la empiezas a practicar desde el lugar en donde vives (vecinos escandalosos, mascotas destructoras, etc.); desde el lugar en donde estudias (maestros irresponsables, insinuaciones, incumplimiento en los programas de estudio, etc.).


Para formarnos una Cultura de Denuncia se hace indispensable empezar a practicarla.  ¿Da miedo? Por supuesto.  Especialmente en un sistema que nos ha rodeado de temor y falta de confianza en las autoridades que dirigen las diferentes instituciones.  Pero, hay que enfrentar el miedo y vencerlo.

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