La
participación ciudadana es un factor de cambio, es la actuación de ciudadanos
descontentos en busca de ampliar su esfera democrática. En las sociedades complejas
la participación persigue hacer que los habitantes de un lugar sean, cada vez más
sujetos sociales con capacidad para transformar el medio en que viven y con capacidad
de control sobre los órganos políticos y administrativos.
Existen
varias clasificaciones distintas que analizan los niveles de participación ciudadana
entre los que destaca: la escalera de la
participación.
La Escalera
de la Participación
La
participación ciudadana, cuando no es pura cosmética, es poder ciudadano. Por lo tanto, aumentar la participación implica
redistribuir el poder. La escalera de la participación, consiste en una
escalera imaginaria de doce peldaños que está dividida en tres áreas principales:
la no participación, la participación y el control ciudadano.
Los
primeros cuatro peldaños, de la no participación ciudadana, son procesos de información
unidireccional, las autoridades en esta cuatro etapas bombardean al ciudadano con
campañas publicitarias que distraigan y al mismo tiempo desalienten a la
ciudadanía a participar. En esta área la autoridad pretende legitimar su
actuación con el establecimiento de mecanismos de seudo-participación.
Los
siguientes seis peldaños, de la participación ciudadana, es integrada por 5) Organismos
que proporcionan información de alta calidad, 6) Consulta Genuina, 7) Consultores,
8) Decisiones compartidas, mediante la descentralización de decisiones 9) Co-
participación y por último 10) Control
Delegado. Proporcionar la información de alta calidad por la autoridad
posibilita la participación, y da una pauta a la discusión y negociación sobre
la actuación gubernamental. En esta área se logra una participación ciudadana
verdadera.
Los últimos
dos peldaños, de control ciudadano, son integrados por 11) Control basado en la
confianza y 12) Control Independiente, en estos peldaños se encuentra la participación
básicamente de la sociedad civil, en sus diversas formas de asociaciones, ONG´s, movimientos de
protesta, etc. La participación en esta
área es autónoma y logra tener un control y poder de decisión en su máxima
expresión, no debemos olvidar que en la participación ciudadana no existe un
control total, ni decisiones unilaterales, ya que estas buscarán una
deliberación y negociación con la autoridad competente.
Pese al
impacto de los canales diseñados por los poderes públicos, no se puede olvidar
la importancia de la vida asociativa en las ciudades y sus posibilidades, que pueden
ir más allá de una participación limitada a la emisión de opiniones al respecto
de las actuaciones administrativas.
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