martes, 13 de agosto de 2013

Las 4 “D” de la Paz: Fundamentales para la No Violencia


 
Como vimos en el post de ayer, ¿Qué es la Paz?, nos queda claro que la paz es el resultado de nuestras relaciones humanas, pero no únicamente de estas relaciones, porque la misma paz es un fenómeno a la vez interno y externo al ser humano.  Como fenómeno interno no basta con conseguirla “en la mente de los hombres”, sino también en otros espacios: en la cultura, en las estructuras organizativas, en la economía, en la dimensión política y en lo social.  Pero a su vez también en el plano más externo: en su dimensión ecológica.  De ahí que la paz tenga un enfoque holístico, pues se trata de buscar una armonía, un equilibrio tanto con nosotros mismos y con los demás, como con el medioambiente.
Esta perspectiva nos remite a la definición de la paz como la reunión intrínseca de las cuatro “D”: Derechos Humanos, Democracia, Desarme y Desarrollo Sostenible. La promoción del desarrollo humano y la realización de los derechos humanos comparten, de muchas formas, una motivación común, y reflejan el compromiso fundamental de promover la libertad, el bienestar y la dignidad de los individuos en todas las sociedades.  Un desarrollo humano sostenible requiere un aumento de las opciones de todas las personas y la creación de las condiciones necesarias para lograr la igualdad, de modo que todos puedan alcanzar su pleno potencial.  Esta meta es irrealizable si no se promueven, preservan y defienden todos los derechos humanos: económicos, sociales, culturales, civiles y políticos.
La ausencia de cualquiera de las “D” constituye un factor de violencia.  La Paz es considerada, por consiguiente, como el proceso de fortalecimiento de cada uno de estos factores, estrechamente relacionados con el concepto de seguridad humana, superando el concepto tradicional de seguridad nacional, ya que el riesgo de un desastre económico o medioambiental supone una amenaza para los países, de la misma forma que las guerras, basado en la reorientación de las políticas y las economías hacia un desarrollo humano fundado en la sostenibilidad ecológica.
Estos derechos constituyen el mínimo que las sociedades deben asegurar a sus miembros para la realización de sus potencialidades, pues de no hacerse proviene la violencia estructural como resultante de un sistema social que ofrece oportunidades desiguales a sus ciudadanos.  En la medida que una sociedad posee valores altos de distribución negativa de la riqueza y limita la participación de los individuos en las decisiones, principalmente aunque no exclusivamente, en términos de recursos económicos, es mayor la violencia estructural.  En positivo equivale a decir que en la medida que una sociedad se organiza buscando niveles de mayor participación democrática y no únicamente delegada se obtendrán para todos mayores garantías de satisfacción de las necesidades humanas básicas.  Y esto sin olvidar que dicha satisfacción en el presente no  puede comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias.  Lo que implica que este desarrollo sostenible, en íntima relación con el respeto al medioambiente, sea  un proceso de cambio por el que la explotación de los recursos naturales, la orientación de los progresos tecnológicos y las transformaciones necesarias en las instituciones concuerden con las necesidades tanto presentes como futuras.
La falta de desarrollo, la pobreza estructural, la desigualdad socioeconómica, la discriminación y la violencia de género, la degradación medioambiental, la globalización de la economía y persistencia de regímenes no democráticos constituyen algunos de los factores de riesgo para el estallido de conflictos armados y la consiguiente violación de los derechos humanos de la población.  Estos y otros problemas constituyen las principales berreras para la realización efectiva del derecho al desarrollo y la paz.
Las estructuras sociales, económicas,  y políticas que mantienen el dominio de un grupo sobre otro, negándoles los derechos económicos, sociales y políticos más básicos, ejercen “violencia estructural”.  Esta situación crea un terreno fértil para la violencia y la violación de los derechos humanos.

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