lunes, 22 de julio de 2013

La Economía Solidaria


Durante muchos años ha sido difícil usar el concepto de economía y el de solidaridad en el mismo contexto. Desde que la economía existe como ciencia, se le une a conceptos como eficacia, rentabilidad, valor económico, tipos de interés,… donde presuponíamos que la ética, la eficiencia, la cooperación, las necesidades humanas y el desarrollo de la persona estaban alejadas de lo económico. Pero es a partir, de los años ochenta cuando se inicia un movimiento entre los economistas, para intentar incorporar la solidaridad en los procesos productivos y definir un nuevo equilibrio de la economía y una nueva racionalidad económica.


La economía solidaria o economía de solidaridad es una búsqueda teórica y práctica de formas alternativas de hacer economía, basadas en la solidaridad y el trabajo. El principio o fundamento de la economía de solidaridad es que la introducción de niveles crecientes y cualitativamente superiores de solidaridad en las actividades, organizaciones e instituciones económicas, tanto a nivel de las empresas como en los mercados y en las políticas públicas, incrementa la eficiencia micro y macroeconómica, junto con generar un conjunto de beneficios sociales y culturales que favorecen a toda la sociedad.




Cambiar las estructuras del sistema actual a favor de las mayorías no se logra con programas unidimensionales (dar micro crédito o capacitar en oficios para "reciclar" los recursos humanos son dos fórmulas favoritas) sino con una estrategia consistente y apoyada con recursos importantes, que a su vez implican un cambio de la correlación de fuerzas entre las mayorías y las minorías sociales. Elementos tecnológicos, económicos, políticos y culturales deben vincularse sinérgicamente para potenciar las iniciativas de los trabajadores orientándolas hacia la construcción de un sistema de economía como el propuesto. Y esto exige un estado democrático, participativo, penetrado de los valores y criterios derivados del objetivo de reproducción ampliada de la vida de todos.


Por tanto, podemos definir la Economía Solidaria como un nuevo sistema socioeconómico, cultural, medioambiental e integrador que busca el desarrollo de la persona como fin último de la economía. Toman una mayor importancia, conceptos como los de participación, consenso, solidaridad y cooperación.  La construcción y promoción de una Economía Solidaria exige un compromiso con los siguientes principios:
  • Promover la igualdad en las relaciones y satisfacer de manera equilibrada los intereses de todas las personas protagonistas en las actividades propias de las empresas y entidades relacionadas con el sector.
  • Crear empleo estable, favoreciendo especialmente la incorporación de personas en riesgo de exclusión, asegurando las condiciones laborales de ellas, el salario digno y el desarrollo integral.
  • Favorecer actuaciones y procesos productivos que tengan en cuenta el desarrollo sostenible del territorio.
  • Favorecer la cooperación inter y extra empresarial.

Las iniciativas solidarias no deben tener carácter lucrativo. Los beneficios deben revertir en la sociedad mediante el apoyo a proyectos sociales, a nuevas iniciativas solidarias o a la promoción de actuaciones de cooperación al desarrollo.

Estas iniciativas están comprometidas con el entorno social donde se ubican, se apoyan en el trabajo en red mediante la cooperación con otras entidades para dinamizar el sistema socioeconómico del que participan.

Entonces una economía solidaria, implica que todos los que trabajan son los legítimos líderes, y, por tanto, comparten el poder y la responsabilidad por la toma de las decisiones.  Las principales dimensiones y articulaciones de esta economía solidaria serían:

  • Un empoderamiento de la sociedad civil, especialmente en el mundo del trabajo, que le convierta en el sujeto principal y soberano de su vida y de su propio desarrollo.
  • La colaboración solidaria como forma predominante de las relaciones sociales.
  • La coparticipación en la producción, distribución y consumo.
  • El papel del Estado visto como promotor de un sistema de sociabilidad basado en la cooperación, respeto mutuo y pleno desarrollo de cada una y de todas las ciudadanas, ciudadanos y comunidades.
  • La democracia realizada como la construcción de un sistema humano y social, un espacio socioeconómico, mental y psíquico del compartir, del respeto mutuo, de la cooperación y de la capacitación.


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